Lo primero darte la enhorabuena por el libro. Me parece muy bueno y que va mucho al grano sin andarse por las ramas. Vamos, sin relleno. ¿Qué tal están siendo las críticas y dónde se puede conseguir el libro?
Bueno, me alegra muchísimo que te guste mi libro, está contado
con el corazón y pretendí que fuese tanto mi historia como la de
muchos que vivieron esos maravillosos
Sí te parece vamos a empezar por el principio. ¿Cuál fue ese momento en el que tu cerebro te dijo que tenías que dedicarte al rock?
Desde muy pequeño mis dos pasiones eran la música y el fútbol,
pero fue
con 14 o 15 años cuando con otros compañeros de colegio en el
barrio decidimos buscar alguien que nos enseñase los acordes y nos
enseñase alguna canción. Tras
unos meses ese chico que venía a mi casa a darnos clase nos propuso
hacer un conjunto como se denominaba entonces y así empezó mi
carrera musical, ese primer grupo se llamó Ultimátum.
Empezaste a tocar con Madrid 20 y Red Box, bandas precursoras de lo que fue Obús. ¿Qué recuerdos tienes de aquellos primeros pasos en el mundo de la música? Supongo que sería todo emocionante, ¿no?
Sí, después de muchas bandas Madrid 20 es a la que le tengo
especial cariño. En
ella compuse mis primeros temas, con esa banda me presenté al primer
Villa de Madrid en el 78, donde quedamos terceros detrás de
Paracelso y Kaka de Luxe. Ese
festival me brindó la oportunidad de grabar mi primer disco, un tema
mío, Sombras de Barro y cantado por mi, también la oportunidad de
tocar en la sala más famosa de entonces, M&M y en Paralelo.
Gracias a ese festival pude contactar con la firma de ropa vaquera
Red Box y poder volver a grabar en un estudio mi primer single
también
cantado por mi como bajo y voz solista con los temas Ira Roja y Todos
Nosotros.
Es curioso lo que cuentas en el libro de vuestro local de ensayo y el embrión de Barón Rojo. Era el comienzo de una rivalidad entre dos bandazas. Por aquellos años se insinuaba que os llevabais mal. ¿Es cierto eso o es una leyenda urbana?
No, en esos años Coz y Obús compartían oficina, la de Javier
Gálvez, Centro Rock, y fue
este el que nos pidió a Kiko Martínez y a mí que si les podíamos
dejar ensayar a escondidas a Carlos y Armando, que estaban preparando
una nueva banda y no querían que se enterasen el resto de Coz.
En ese momento con Obús ya teníamos preparados lo que luego sería casi al completo el primer disco, Preparate, pero con la formación original de trío, Manolo Caño, Paco Laguna y yo, ocupándonos de la voz solista Paco y yo repartiendonos el repertorio. Hace unos años salió en vinilo aquella primera maqueta grabada en el local por Kiko y unos temas en directo desde el New Center de Morata de Tajuña.
En tus inicios también llegaste a formar en una banda, Akelarre, con Miguel Oñate. ¿Qué recuerdos tienes de esa época?
Bueno, estamos hablando del año 72, en esa época yo
constantemente miraba los anuncios de Musical Express y Mundo Joven
donde se ofrecían o solicitaban músicos y fué así como Miguel y
yo contactamos, la banda duró poco porque no encontrábamos
batería. Casualmente, el siguiente grupo que formé, fué
precisamente y también a través
de anuncios, con Manolo Iglesias, batería que más tarde formaría
Tequila. Esa fue
una época de continuas búsquedas
para encontrar una banda, hasta que una de ellas, que estaba en la
oficina de Gálvez, me llamó para sustituir a su bajista que se iba
al servicio militar. Esa
banda fue
Ilusión junto a Pizko, Angel y Kiko, años más tarde sería el
embrión de Madrid 20.
Un punto de inflexión en vuestra carrera fue la victoria en el Villa de Madrid, la grabación de Prepárate y la contratación para salas de ese año. Todo se desarrolló muy rápido, ¿no? ¿Cómo vivisteis todos aquellos acontecimientos?
Sí, todo fue rapidísimo, en abril tocamos Paco, Fernando y yo
en el Frontón Madrid abriendo para Barón Rojo y en ese mismo lugar
Luciano Fuentes habló conmigo al bajar del escenario y nos citó el
lunes en las oficinas de Chapa e inmediatamente firmamos el contrato
y grabamos allí mismo, en los bajos del edificio una maqueta ya
cantada por Fortu. Los siguientes meses fueron de grandes conciertos,
nuestro triunfo en Las Ventas, en la final del Villa de Madrid, El
Campo del Rayo en julio, Cordoba e infinidad de conciertos en las
fiestas de los barrios de Madrid, lo que nos hizo llegar a la
presentación del Prepárate en noviembre con un amplio rodaje y una
cantidad enorme de seguidores que sin haber escuchado nuestro primer
disco ya sabían de memoria nuestros temas.
Vuestros
primeros discos como Obús fueron producidos por Tino Casal, músico
de otra onda, pero gran artista, en mi opinión, lo cual fue
controvertido en su día cuando se hizo famoso. ¿Cómo era Tino como
profesional?
Tino era un artista multifacético, todo lo
que hacía lo hacía de 10, pintar, diseñar ropa y por supuesto
cantar. Venía
con ideas nuevas y no se asustaba con lo que nosotros les
proponíamos, creo que acertamos de pleno al elegirle como productor
de nuestros dos primeros discos.
Otro de vuestros grandes hitos en esas fechas fue presentaros en el Pabellón del Real Madrid. ¿A quién se le ocurrió que esa osadía podía tener el éxito que después obtuvo?
Nosotros siempre fuimos muy osados, y viendo como nos recibían
en las fiestas que habíamos estado haciendo durante ese verano en
las barriadas de Madrid, y como se movía
de un barrio a otro la peña para ver nuestros conciertos nos pareció
tanto a Gálvez como a nosotros que si encontrábamos
quien hiciese ese concierto, el sitio era el Pabellón del Madrid y
acertamos de pleno.
Esos primeros años de los 80 fueron especiales por la explosión musical del rock duro pero también por ser los primeros años de democracia y libertad. ¿Crees que estos dos hechos van unidos de la mano?
Puede ser que sí, muchos de los músicos que luego creamos ese
estilo ya estábamos
luchando en los 70, pero no se nos daba voz ni en prensa ni en radio.
Fue
a partir del nacimiento del sello Chapa Discos, de la mano de Luis
Soler y Vicente Romero cuando todo reventó y ya ni prensa ni radio
ni tv pudo pararnos.
De todos los discos de Obús, ¿cuál crees que es el mejor y de cuál tienes mejor recuerdo aunque no sea el mejor?
Es muy difícil contestarte a esta pregunta, ¿A quien quieres
más a mamá
o a papá?,
simplemente te diré que Prepárate,
El Que Más y Desde el Fondo del Abismo me dejaron muy satisfecho y
un disco muy especial sin duda es el Directo del 87.
En los 80 empezó a ser habitual que las bandas de heavy metal (incluidos Obús) hiciesen apariciones en televisión en programas como Aplauso e incluso el 1, 2,3. Esto ha cambiado radicalmente y el heavy no pasa ahora de ser música underground de la que es muy difícil vivir. ¿Crees que algún día el rock volverá a tener un auge similar al de aquella época?
Bueno, nosotros hacíamos muchísimas televisiones en los 80,
sobre todo porque había cantidad de programas donde poder salir una
banda que estaba llenando en España tocase donde tocase. Ahora
todo es muy distinto, si te das cuenta ni siquiera las grandes bandas
o artistas guiris tienen ya salida en programas de televisión,
principalmente porque hay una sequía de ese tipo de programas y no
solo para el rock duro, heavy metal o como lo queramos llamar, sino
también para el resto de estilos musicales.
Yo por aquel entonces sólo era un seguidor de la música y no sabía mucho de los medios especializados de aquel momento, pero por lo que dices en el libro y por lo que comentan otros músicos, parece que había muchos intereses creados en lugar de servir como meros intermediarios entre bandas y seguidores. ¿Esto era así?
Sí, desgraciadamente así fue.
Viendo
el triunfo de alguna banda y el dinero que se movía todos quisieron
apuntarse a mamar de la teta de la vaca y eso hizo daño en mi
opinión porque cada banda que salía venía acompañada del
periodista o medio de turno. En
muchos casos, como ya sabéis,
eran productores o mánager de esas bandas y para que su banda
subiese en la mayor parte de ocasiones había que echar mierda al
resto de competencia. Por
poner algún ejemplo se daban premios anuales de las distintas
emisoras o de prensa y los premiados eran o los de su oficina o los
que ese día tocaban gratis y les llenaban la sala y los bolsillos.
Entre tantas anécdotas que cuentas en el libro, ¿Cuál sería aquella que no desearías que hubiese pasado?
La verdad es que no hay ninguna que borrase de la historia, todo
ocurrió así, algunas son más alegres y especiales que otras, pero
todas forman parte de aquellos años, de aquella historia.
Tuvisteis una época de auge alucinante, pero también hubo épocas en las que las corporaciones locales dejaron de apoyar al rock y dejaron de llamaros como era costumbre. ¿Cómo sobrellevasteis esos momentos?
Sí, fué a partir del concierto de Scorpions en el campo del Rayo y
del asesinato de un chico cuando surgió toda esa historia de la
violencia en el heavy y se anularon muchos conciertos durante ese año
y los siguientes. Muchos
músicos y técnicos tuvimos que volver a ejercer otra profesión
para buscarnos la vida, como transportistas, taxistas, comerciales
etc. en
espera de mejores momentos. También
coincidió que las compañías discográficas dejaron de apoyar el
rock, ya habían sacado bastante.
En el libro haces mención en varias ocasiones a toda esa gente "invisible", que está alrededor de cualquier banda, pero a la que casi nunca se les reconoce su esfuerzo y dedicación, como montadores de escenarios, conductores de gira, etc ... ¿Fueron para ti parte del éxito de Obús?
Fueron más que eso. En
gira
eramos una familia y me alegra ver como aún hoy después de tantos
años la mayor parte de ellos aún siguen produciendo eventos y
festivales o con grandes bandas y, por supuesto, que fueron parte
del éxito de Obús, ellos le daban vida a cada locura que se nos
ocurría
día tras día, gala tras gala.
La banda obtuvo éxito fuera de nuestras fronteras, pero ¿no crees que si se hubiese apostado más fuerte desde Chapa el éxito, no sólo de vosotros sino también de otras bandas hubiese sido mucho mayor?
Sí, yo también lo creo, Chapa no apoyó en absoluto la salida al
mercado latino sobre todo. Nosotros
cantábamos
en castellano y nunca pensamos en hacerlo en inglés
para otro tipo de mercado. Si
en los 80 se consiguió tocar en Latinoamérica fué por el empeño
de Vicente Romero y Javier Gálvez y demasiado hicieron sin contar
con el apoyo de la compañía, ese para mi fué el gran fallo de
Zafiro y Chapa discos.
En el libro explicas claramente y sin tapujos por qué saliste de la banda. Ahora con el paso de los años, ¿Qué pesan más sobre ti, todos esos momentos buenos vividos o los negativos?
Por supuesto los grandes momentos siempre formaran parte de mis
mejores recuerdos.
¿Quieres comentar algo más?
Nada más que darte las gracias por darme la oportunidad de hablar en esta entrevista de mi libro Dosis de Heavy Metal y espero que los que aún no lo habéis leído lo hagáis como decía antes. Es parte de la historia de los que vivimos aquellos grandes comienzos y de todos los que amamos el Rock. Un abrazo fuerte.
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