CRÍTICA DE "SIN" - SIN


"SIN" - SIN
CALIFICACIÓN: 8

Vaya pedazo de sorpresa. Este proyecto protagonizado por un joven que se hace llamar SIN ha editado su primer disco con título homónimo. La verdad es que no recuerdo un debut nacional tan apabullante desde aquel lejano primer intento de los murciano M Clan, cada uno en su sitio por supuesto.

En la ficha promocional que me ha llegado detallan las influencias fundamentales del artista, entre las que se encuentran AC/DC y Guns n´ Roses. Sin embargo, yo, en mi modesta opinión, veo más confluencias con otros artistas, más centrados en crear un estilo propio pero fuera del hard rock, como pueden ser Lenny Kravitz (el del primer disco, por supuesto) y David Bowie.

Otra cosa que me ha cautivado de este álbum es el cambio de registros vocales que tiene, que igual se atreve con un rock sucio (“Money Spinner” sería un ejemplo), que con un tema explícitamente sensual (”Hoochie Koochie woman”, primer sencillo del disco).

La sencillez se abre puertas en temas como “Essence”, tema este que, a pesar de ser sencillo en ejecución, no creo que lo haya sido en composición.

Está claro que este artista quiere desmarcarse y crear algo distinto a lo que oímos en este país, y qué mejor manera de incluir un corte de un ritmo de batería y bajo de 1:20 de duración.

El momento más Bowie yo lo encuentro en el mejor tema de todo el conjunto, la marvillosa, “She don´t speak words”, en la que nuestro protagonista nos deleita con una interpretación sublime basada en la contraposición de graves y agudos al borde del desafine que, a mí, personalmente, me encantan.

La propuesta más rockera convencionalmente hablando es “Rock and roll heart”, donde guitarras dobladas cuasi stonianas se fusionan a la perfección con la voz.

“Noelita” es otro ejemplo de interludio de minuto y pico que te hace la escucha del disco más agradable. Estos intermedios de mediana duración no es la primera vez que los escucho, de hecho, en su disco “Old hat”, Nick Markham, ya hizo uso de ellos con gran resultado.

“The true colors” me recuerda en su parte más sosegada a aquellos grupos grunge que nos hicieron más amenos los años 90 y en su parte más rockera a otros representantes de los 90 que no sabría dónde encajar, ya que no encajaban en ningún estilo, los fantásticos Presidents of the USA.

“Nebula” quizás sea el tema más asequible para el gran público por su estribillo pegadizo.

El álbum finaliza con “Sin”, otra delicatessen que yo creo que debe ser muy difícil de componer dada la carga emocional que lleva. Otra maravilla.

Trabajo sobresaliente de SIN, que, por si fuera poco, también crea un personaje propio para dar a su música ese algo más que distingue a los simplemente buenos de los fuera de clase.

Maravilloso. Ansioso por ver hacia qué derroteros se encamina su carrera.


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