El concierto se celebraba en la Sala que Nazca presentaba una buena entrada, sin llegar al lleno, pero los que nos dimos cita allí no éramos pocos, y entre ellos, muchos medios y algunos músicos como por ejemplo Óscar de Lujuria.
Llegué a la sala justo en el momento en que se apagaban las luces para dar la bienvenida a G3noma, banda madrileña con un disco ya en el mercado titulado “Existencialismo”.
Desde el primer momento, al contrario que ocurre en muchos conciertos con la banda invitada, la gente supo apreciar la propuesta de los madrileños.
G3noma hacen un rock más cercano a lo que el metal significó en los 90/2000, digamos que algo similar a lo que significó para el rock en estos lares Sôber (de hecho, hicieron una cover de ellos en el show). Rock contundente influenciado más por el metal contemporáneo que por el hard rock, aunque de esto también tienen una parte.
Tras una intro, el primer tema que atacaron fue “El sendero del perdón”, tema pesado con el que metieron a toda la sala en ambiente. Le siguieron “Ilusiones” que contiene un estribillo muy bueno y “Llegaré”, cuyas guitarras iniciales me recordaron al tema Bella Bestia de la banda del mismo nombre, aunque a partir de los 20 primeros segundos el tema va por otros derroteros.
“Dulce oscuridad” es uno de los temas clave de la banda por su bonita cadencia y que el personal recibió muy bien.
A estas alturas del show (más o menos la mitad del set) los que estábamos allí ya veíamos que la banda está muy cohesionada con un Alberto a la voz brillante, Raúl (qué contento se le veía) y Sam muy certeros en ambas guitarras y una base rítmica, tan importante en estas bandas metálicas, formada por Diego (batería) y Yiyo (bajo) desarrollando su labor a la perfección.
La versión de Sôber que os comentaba antes fue la fantástica “10 años”, muy fiel a la original y que sonó genial.
Con “Volver a soñar”, “Circo de locos” y un tema nuevo muy bueno titulado “Cuando el mundo quiere arder”, que hace augurar un gran nuevo disco dejaron el escenario, no sin antes hacerse la foto de rigor con el público al fondo, dejando un gran sabor de boca entre todos los asistentes. Les auguro un buen futuro.
Unos 10 ó 15 minutos después del final de G3noma saltaron al escenario Strangers, que tiene nueva cantante, aunque ya antes había hecho coros para la banda. La verdad es que la incorporación como voz principal de Celia ha sido todo un acierto ya que su gran voz le da a la banda otra dimensión que no es que no tuvieran antes, pero que ahora se acentúa.
“Covering my tracks” dio inicio al show como un trallazo de hard rock potenciado por la guitarra de Miguel Martín, con gran habilidad con su instrumento y unos solos increíbles y la tremenda base rítmica formada por Abel Ramos a la batería y César Chacón al bajo.
El concierto repasó lo que ha hecho hasta el momento la banda con Celia al completo, con un par de concesiones a su anterior repertorio, además de darnos en primicia lo que serán las canciones de su nuevo disco, que saldrá bajo el auspicio del sello Frontiers Records, lo cual dice bien a las claras la calidad de la banda.
“Echoes”, “Whort a shot” y “My dream” siguieron demostrando de lo que es capaz la banda, que sonó compacta y espectacular.
Celia llega a unos registros altísimos que se ven reflejados en temas como “Youthful soul” o “Freedom”, un alegato anti bélico de lo que será su próximo álbum.
La complicidad en la banda se nota en los gestos y en los comentarios que vierten sus miembros sobre el escenario, con todos ellos (salvo el batería, por motivos obvios) estando muy activos al frente del escenario.
Los temas, cada cual mejor, se iban sucediendo (“Still the one”, “The fate is gone”…) no bajando en ningún momento el nivel de intensidad del show, hasta que anunciaron la power balad “Goodbye”, dedicada a la familia de Celia y para la que habilitaron un teclado que estaba en un lado de la batería, diciendo que toda banda de rock que se precie tiene que tener su balada. Únicamente con el piano y su voz, Celia dejó al público boquiabierto para cerrar el tema in crescendo uniéndosele toda la banda. Uno de los momentos más bonitos del concierto.
Tras el momento relax, volvieron a subir el calor ambiental con temas como “Languaje of love”, “Flames” y otra concesión a su anterior etapa con “Never stop”, que sonaron de lujo, tras lo cual se despidieron y salieron del escenario.
Ante la insistencia del público con “Ooooeeeessss” continuos, la banda volvió a escena para descargar un tema de su último mini álbum “Whispers”, titulado “With you”, su último single en ese momento, el brillante y vibrante “Into the night” y lo que sería dos o tres días después su nuevo single “Enemy”, otra demostración de que la banda tiene un potencial enorme.
No recuerdo bien en qué tema, pero era uno de estos últimos, Celia sacó una bandera enorme con el logo del grupo que van a hacer ondear en la próxima edición del Rock Imperium en el que participarán y si vas a este macro festival, yo que tú no me los perdía.
Con un gran sabor de boca y tras saludar a Miguel, con el que mantenía contacto por redes sociales, salimos de la sala con la sensación de haber asistido al comienzo de algo grande para la música nacional. Esperemos que así sea y que sean conocidos internacionalmente porque lo merecen.
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